La batalla se va desarrollar en Stirling en los campos de Bannockburn y durará dos días, 23 y 24 de junio de 1314, algo inusual en el medievo ya que solían durar apenas unas horas. Esta batalla va ha ser un claro ejemplo de las grandes debilidades de las organizaciones militares de la Edad Media. El ejército inglés sería comandado por el rey Eduardo II de Inglaterra, aunque, por desgracia para él, no tenía las mismas habilidades que su padre en el campo de batalla; un gran estratega al que apodaban el “Martillo de los Escoceses”. Eduardo II reunió un ejército nunca visto por un monarca inglés, más de 20.000 efectivos, y se pensó que por tener un ejército numeroso aplastaría a los escoceses.